Acerca de la PAZ

¡Qué maravilloso don es la Paz!. Sin embargo, no se nos es ofrecida como gracia que la podamos tomar fácilmente...o sí?. Creo que no. Nuestra naturaleza humana nos impone un permanente esfuerzo, una cotidiana construcción para verla aflorar. He aquí la responsabilida de los que amamos la paz. He aquí nuestra responsabilidad de construirla.
Ahora bien, ¿cómo puedo contribuir a ello?, ¿qué puedo hacer?. Mi primer impresión es que el esfuerzo que necesito realizar es tan grande, que acabaría agotando las energías de toda una vida en sólo intentarlo. En este nuestro mundo actual, parecería que hay poco espacio para la paz, que nada sería suficiente para llevar el destino de la humanidad hacia esa realidad del valor universal que es la PAZ.
Sin embargo, lo sueño y desde el momento en que lo sueño, se que algo voy a tener que hacer. Y aunque mi aporte sea tan solo una gota de agua arrojada al mar, sería una gota más, mi gota. Y seré feliz contando cuál ha sido mi gota. Alguien se beneficiará con ella.
Y la paz implica que haya justicia, verdad, amor. Habrá que transitar esos senderos. No está todo perdido. Quizás aún estemos a tiempo. Creo que las mujeres tenemos una gigantesca oportunidad de promoverla educando a los niños, desde nuestra condición de Madre, Docente, Niñera, etc. Siempre y en todo momento, independientemente de la actividad que nos toque realizar en relación con un niño, podemos ser portadoras de la PAZ. Algo de ello perdurará, tal vez, en el recuerdo de ese niño.
Un mundo más justo es también un mundo encaminado hacia la paz. Y si bien las injusticias abundan, no nos desanimemos, continuemos pacientemente en los senderos de la justicia, la verdad y el amor.
Para finalizar, tomo prestada esta frase: "La paciencia obra contra las injurias como los vestidos contra el frío. Si tú multiplicas tus vestidos según la intensidad del frío, ese frío no te podrá perjudicar. Procede así ante las grandes injurias, redobla tu paciencia, y ellas no podrán alcanzar tu espíritu".